El gran salto a las auditorías digitales

Cristián Lefevre

La era transformadora de cambios constantes, disrupción e innovación ya está aquí, pero cada día que pasa la complejidad se acelera. Estamos siendo testigos que el futuro está cobrando vida aquí y ahora.

La gran disrupción tecnológica actual se está dando a través de lo digital y la robotización en todas las áreas, incluso en la auditoría, a través de softwares de automatización, conocidos como Proceso de Automatización en Robótica (RPA, su sigla en inglés). “Robotics”, como también se le llama, es la automatización de los procesos empresariales que utilizan software para replicar la interacción humana con diversos sistemas y aplicaciones. Los robots, como parte del RPA, pueden convertirse en una fuerza de trabajo virtual controlada por el equipo de operaciones de negocios buscando mejorar el rendimiento o la eficiencia de los procesos existentes.

Según proyecciones de datos realizados por expertos de EY, la adopción de la tecnología puede ayudar a reducir de un 20% a más del 40% los costos de las empresas, además de obtener una ganancia de eficiencia en más del 90%, dependiendo del proceso robotizado. De este modo, las empresas pueden obtener una mayor rentabilidad en los negocios y seguridad de datos, mientras que las principales aplicaciones para la mejora de la eficiencia se pueden utilizar en servicios financieros, de tecnología, recursos humanos, cadena de suministros y procesos administrativos. En el sector financiero chileno, por ejemplo, ya hay bancos que están considerando cómo beneficiarse del RPA para reducir costos, aumentar la calidad, la confiabilidad y la satisfacción de los clientes y colaboradores.

Por otro lado, un elemento cada vez más masivo es el dron, que nos está entregando nuevas oportunidades de hacer auditoria. ¿Se le había ocurrido a alguien que un dron podría ser usado para una auditoría? Actualmente está pasando tanto en Chile como en el extranjero, y va de la mano con el uso de tecnología pionera para mejorar la exactitud y la frecuencia de la recopilación de datos de recuento de inventarios.

El proceso, que ha tenido buenos resultados en el sector retail, se desarrolla -a grandes rasgos- a través de una plataforma de seguimiento de activos basada en el almacenamiento en la “nube”, impulsada por una red de sensores de Internet de Cosas (IoT) que analiza las cantidades de inventario en tiempo real leyendo etiquetas QR, códigos de barras y estantes, e introduce esta información directamente en un plataforma digital de auditoría que, en el caso de EY, conecta a más de 80.000 auditores a nivel mundial. ¿Quién hubiera pensado que una licencia de piloto podría ser necesaria para el trabajo de un auditor y, a la vez, entregar información online para ser compartida a un equipo completo de forma rápida a nivel mundial?

El uso de drones en el recuento de inventario permite que se capturen más datos y que los equipos de auditoría se enfoquen en identificar áreas de riesgo en lugar de capturar manualmente el recuento de existencias. Innovar, por ejemplo, el proceso de recuento de mercaderías u otros elementos crea una capacidad inigualable en rapidez y eficiencia que, sin dudas, beneficia a las empresas.

Los RPA y el uso de drones son algunas de las muchas maneras que existen para incorporar las últimas tecnologías en los procesos de auditoría con el fin de mejorar aún más la calidad de esta labor. El uso de poderosas herramientas analíticas otorga una creciente confianza en los reportes y ayuda a develar valiosos insights de negocios. El dominar tecnologías más avanzadas, como el aprendizaje automático y las cadenas de bloques, también hace que el proceso de auditoría sea más inteligente, rápido y simple.

Este escenario nos hace pensar que cualquier actividad operativa puede ser sustituida por un proceso de automatización robótica y tecnología digital, cuyas posibilidades son infinitas. Lo que más destaca es que el equipo de trabajo humano queda libre para analizar los procesos y desarrollar otras habilidades de mayor valor agregado para las empresas, y que tienen la posibilidad de explotar talentos que aún no pueden ser emulados por software automatizado, como el ejercicio de la creatividad.